En el parque central de Zamora, capital de la provincia de Zamora-Chinchipe, ayer, el Ejército Ecuatoriano, desplegado en el Batallón de Selva Número 62, resaltó los 181 años de conmemoración de la Batalla de Tarqui, ejecutada un 27 de Febrero de 1829; además, se evocaron los días del Civismo, de la Unidad Nacional, del Héroe Nacional y debido a la fecha el Día del Ejército.
Mauricio León, con grado de mayor, intervino con una conferencia alusiva a la fecha por los 181 años de presencia del Ejército Ecuatoriano; en cambio Antonio Granizo, con grado de sargento, intervino en representación de sus compañeros, pertenecientes al personal de tropa que ayer fue galardonado con la condecoración Fuerzas Armadas, en sus tres clases.
Renovación de compromisos
El oficial y el voluntario coincidieron en manifestar que la celebración anual del Día del Ejército Ecuatoriano constituye la renovación de compromisos por mantener la paz, libertad y soberanía que se cumplen únicamente cultivando en los uniformados y en la sociedad los valores cívicos para que le permitan a la Patria hacerse más grande con el transcurrir de los años.
Años de trabajo y de sacrificio
Antonio Granizo observó que él y sus compañeros están orgullosos de recibir sobre sus pechos la condecoración de las Fuerzas Armadas, primera clase, lo que –manifestó- se convierte en un compromiso de seguir trabajando en beneficio de la entidad militar a la cual representan y a través de ella a la sociedad civil, que ha acogido positivamente su trabajo.
“Esta condecoración refleja los años de trabajo y de sacrificio que hemos dado a la institución y lo seguiremos haciendo hasta que el Todopoderoso así lo disponga; los años vividos en nuestros cuarteles han sido provechosos y hemos aprendido a valorar y a respetar nuestra profesión. Compañeros soldados demostremos nuestra vocación de servicio”, precisó el condecorado.
Mauricio León, con grado de mayor, intervino con una conferencia alusiva a la fecha por los 181 años de presencia del Ejército Ecuatoriano; en cambio Antonio Granizo, con grado de sargento, intervino en representación de sus compañeros, pertenecientes al personal de tropa que ayer fue galardonado con la condecoración Fuerzas Armadas, en sus tres clases.
Renovación de compromisos
El oficial y el voluntario coincidieron en manifestar que la celebración anual del Día del Ejército Ecuatoriano constituye la renovación de compromisos por mantener la paz, libertad y soberanía que se cumplen únicamente cultivando en los uniformados y en la sociedad los valores cívicos para que le permitan a la Patria hacerse más grande con el transcurrir de los años.
Años de trabajo y de sacrificio
Antonio Granizo observó que él y sus compañeros están orgullosos de recibir sobre sus pechos la condecoración de las Fuerzas Armadas, primera clase, lo que –manifestó- se convierte en un compromiso de seguir trabajando en beneficio de la entidad militar a la cual representan y a través de ella a la sociedad civil, que ha acogido positivamente su trabajo.
“Esta condecoración refleja los años de trabajo y de sacrificio que hemos dado a la institución y lo seguiremos haciendo hasta que el Todopoderoso así lo disponga; los años vividos en nuestros cuarteles han sido provechosos y hemos aprendido a valorar y a respetar nuestra profesión. Compañeros soldados demostremos nuestra vocación de servicio”, precisó el condecorado.
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