En el cantón Palanda sus habitantes son amantes de la agricultura, producción y la naturaleza. Aquí, su gran potencial es la producción de café pero muy cerca está la producción de miel de abeja (apicultura).
Camilo Luzuriaga es uno de los apicultores de Palanda. A unos 200 metros de su vivienda tiene 27 colmenas y nos cuenta cómo estas laboriosas abejas trabajan en la producción de miel.
La apicultura es una actividad muy novedosa, delicada y peligrosa, el clima es su principal factor; en el invierno, las abejas se alimentan con azúcar que los productores disponen para su alimentación y supervivencia, esto debido a que la abeja es muy sensible al agua.
Para cada colmena, Camilo Luzuriaga debe hervir agua y poner un kilo de azúcar para cada 21 días, de lo contrario la colmena se muere por la falta de alimento.
En este caso el verano es lo mejor, allí las abejas trabajan por sí solas, traen la miel desde el campo, recolectado desde las flores y todo cuanto posea miel. La producción es natural.
Otro apicultor es Ángel Álvarez, quién manifiesta que la apicultura tiene sus normas para la revisión y defensa, principalmente no se deben quemar los bosques ni talar los árboles, y se deben reforestar las áreas verdes.
En este proceso vital de las abejas, se aprovecha el néctar de las montañas y la madera, y de su minuciosa elaboración se encarga la abeja.
En Palanda, esta actividad nació de un proyecto denominado Bosque de Chinchipe en 2010, donde dos productores recibieron capacitaciones sobre la apicultura y actualmente ya son 20 socios que se dedican a esta actividad y cuentan con un promedio de entre 20 y 30 colmenas.
Los productores iniciaron con esta innovadora actividad desde 2010, para ello compraron las abejas o pies de cría a una organización de Vilcabamba en la provincia de Loja.
En su crianza, el tiempo adecuado para la revisión de colmenas es de 10:00 a 13:00, allí deben cambiar panales y verificar la existencia de la abeja reina.
Adicional a la miel, las abejas producen otros derivados como el polen, propolio y jalea, que tienen propiedades curativas según los productores. También se obtiene la cera, que es utilizada para elaborar las velas y artesanías.
Comercialización
Actualmente, los productores de miel de abejas son también socios de Apecap, y esta es una ventaja para su comercialización.
Para los productores, la obtención de la miel de abeja es una actividad adicional que representa un ingreso económico para el sustento familiar.
En 2010, los dos apicultores produjeron alrededor de 20 quintales de miel, que en recursos equivale a unos 3.000 dólares aproximadamente.
Una de las desventajas que aún persiste para estos emprendedores, es la desconfianza del mercado, porque consideran que el producto no es 100% natural, pero cabe recalcar que verdaderamente el producto sí es natural.
Proceso
En época de invierno, los productores dividen las colmenas para multiplicarlas por al menos cinco panales más; para ello las abejas deben estar muy bien alimentadas, o de lo contrario se pierde todo, explica Camilo Luzuriaga, y para ello deben estar muy bien capacitados.
Ángel Álvarez, en sus colmenas, tiene toda una infraestructura y medidas de seguridad a ser aplicadas. Al momento cuenta con extractores, velos, overoles, ahumador, palanca, pegador, los núcleos, cajas para la vivienda, que es lo necesario para dedicarse a esta actividad.
La apicultura para estos productores es muy importante para la economía familiar, se aprovecha el néctar de las montañas, la madera. Del resto se encarga la abeja.
Producción
Miel de abeja
En verano y luego de un gran trabajo de la abeja, se cosecha hasta tres veces por año con una cantidad de 20 litros por colmena y en tiempo de invierno proveen alrededor de 5 litros por colmena.
